La sala Brenan, del Archivo Museo Ruiz de Almodóvar (Órgiva).

Pocos autores existen que como Gerald Brenan cuenten con una lista tan numerosa de admiradores declarados, baste recordar las primeras jornadas celebradas hace tres años, con extraordinario éxito en Mecina Fondales. Son los “brenianos”, escritores, antropólogos, politicos, historiadores, periodistas, etc., que infundidos de su espíritu se desparraman en múltiples facetas de la vida todas ellas iniciadas o  iluminadas por el hispanista británico. Son sin duda esos los mas famosos y conocidos pero no los más auténticos de sus discípulos, aquellos que deslumbrados por sus obras y su vida ampliamente documentada, decidieron seguir el mismo o similar camino de buscarse a si mismo, auto educándose en la Alpujarra. Sin olvidarnos de los otros tantos  que se quedaron atrás, por falta de arrestos o de  oportunidad  para tomar tan drástica decisión de abandonarlo todo para volver a empezar, pero que sin duda la mantienen en la reserva de su memoria a modo de un salvavidas intelectual. Algo así como ese último cartucho que todos tenemos derecho a quemar en los momentos de desesperación o angustia vital. Quiero decir con ello que son legión los seguidores de la vida y la obra de Gerald Brenan, de ahí la extrañeza que nos suscita que no exista todavía un lugar a donde peregrinar, al  que acudir para rendirle homenaje, mostrar su adhesión y testimonio o incluso buscar la orientación necesaria para encontrarlo.Ese lugar, para mi modo de ver, no puede ser otro más que la Alpujarra y si me apuran Órgiva su capital, lugar elegido por la inmensa mayoría de esos seguidores, algunos de renombre y fama internacional, como es el caso de Chris Stewart, aparte de ser un enclave geográfico perfecto, y una ciudad abierta y liberal.No en balde decir Gerald Brenan equivale a decir la Alpujarra, y viceversa, de ahí que sea la mejor imagen posible a utilizar para la defensa de los valores más auténticos de la comarca, recogidos impecablemente en su obra “Al Sur de Granada”, la mejor guía nunca imaginada. De ahí que reclamemos la atención para este proyecto del Museo Ruiz de Almodóvar puesto en marcha el pasado mes de julio con la inauguración de la Sala Brenan por la alcaldesa de Órgiva . Se trata por el momento de una sala, la más grande del Museo, para más colmo carente de todo fetichismo al uso, pero llena hasta rebosar de su espíritu, curioso, inquieto y entusiasta, o sea lleno de vida y esperanza, justo al contrario de cualquier casa-museo.“Hijos de Brenan”, se llama la primera exposición que alberga, abierta al público cuando el tiempo lo permite, generalmente cuando alguien lo solicita o cuando, -cada vez más frecuente- el museo o su teatro El Gallinero realiza alguna actividad cultural. Un titulo este de la exposición que lo dice todo, puro agradecimiento a quien les enseñó otra forma de mirar y de vivir, en donde lo primero ocupa el primer lugar, de ahí que su testimonio se parezca tanto a la relación paterno filial por ser tanta la herencia recibida. Es por tanto esta exposición y la propia existencia de la Sala Brenan la que nos empuja a escribir estas líneas que quieren simbolizar  la primera piedra de un lugar de encuentro y reunión para todos los “brenianos” del mundo . Un llamar la atención de los que mandan a fin de hacerle reflexionar y ponerle más fácil y cómoda la decisión a tomar. Tenemos el sitio y las ganas, sólo resta la confianza y los apoyos necesarios para triunfar. Pongámonos manos a la obra, Brenan será nuestra bandera, nuestro modelo, nuestro reclamo y la Alpujarra su principal meta, objetivo y beneficiada. Fdo.Miguel Ruiz de Almodóvar Sel. Verano de 2.008.



Ideal de Granada de 7 de julio de 2.008

 

Miguel Ruiz de Almodóvar, delante de la casa de Brenan, en Yegen.



Artículo de Miguel Ruiz de Almodóvar, en La Opinión de Granada

Ana y Miguel, de excursión  junto a Miguel, desde Válor a Yegen



Noticia de la inauguracion de la sala Brenan en La Opinión de Granada



Miguel y Miguel (hijo), en la fuente de Válor.

Noticia de la inauguración en Granada-Hoy.

Exposicion en la sala Brenan, en Granada-Hoy

AL SUR DE GRANADA...........LA FELICIDAD

La atracción por el campo y el pueblo pequeño o aldea, es tan grande y común en el ser humano, como la libertad para el preso. Todos, absolutamente todos, sentimos idéntica pasión vital, por recuperar algún día ese ritmo pausado y lento, para el que fuimos programados, pero sólo algunos -hasta hace bien poco- los conscientes de su importancia y transcendencia en conseguirlo. Me refiero a los artistas, escritores y demás creadores, para quienes la vida en el campo o en el pueblo, siempre fue algo más que una utopía con que soñar. Para muchos fue, y sigue siendo, pura razón de supervivencia.

         Sírvanos ésta introducción para mejor comprender ese nuevo estilo de vida, tan en boga hoy en la Alpujarra, y que puso de moda, hace ya muchos años, el escritor inglés Gerald Brenan (1894-1987), con su libro “Al Sur de Granada”. La publicación de esa obra magistral, y su no menos apasionante, “Memoria Personal, 1920 / 1975), en la que tambien dedica unos capítulos a la Alpujarra, convirtieron a ésta, en una nueva Arcadia o tierra prometida a la que emigrar, en busca de la libertad y el sosiego indispensables para reencontrarse consigo mismo.

         No otra cosa fue lo que éste hizo, cuando en 1919, eligió  Yegen, para escaparse de éste mundo, asfixiante y sin rumbo, que ya por entonces lo era. Hasta aquí llegó desde tan lejos, casi exhausto, con su peculiar equipaje de primeros auxilios: todo el tiempo necesario por delante, y ninguna prisa, algún dinero con el que resistir, 2.000 libros con que educarse, y unas inmensas ganas de empezar a vivir. Después de él llegaron y siguen llegando oleadas humanas, entre las que me encuentro con idéntico equipaje, y  similar objetivos en la vida: la curiosidad por saber.