Powered By Blogger

Datos personales

jueves, 17 de marzo de 2011

Chris Stewart, nuestro mejor embajador

El abogado Miguel Ruiz de Almodóvar, aplaudiendo a su amigo Chris
En el periódico La Opinión de Granada
Va  para 25 años desde que tomé aquella feliz decisión, de instalarme en Órgiva  para siempre y aquí sigo con la misma ilusión de entonces. Las lecturas de Brenan, el apoyo de los míos y la suerte de poder seguir ejerciendo mi profesión, hicieron posible aquel milagro: Vivir en la Alpujarra,  es vivir en libertad. Dicho esto -se preguntarán ustedes- quien mejor que uno para entender y comprender el éxito arrollador de los libros de Chris Stewart, (“Entre limones” y “El Loro en el limonero”). Y por ende quien mejor también para comprender el rechazo y hastío que en otros provoca su lectura, generalmente inacabada. A la postre, y para que engañarnos hablamos de las dos clásicas posturas enfrentadas que a su vez, representan dos lenguajes distintos ante la vida, como el blanco y el negro, el ser y el tener, la libertad y la seguridad.  De ahí que para unos su lectura suponga un autentico canto a la libertad individual y para otros  no pase de ser una  soporífera tomadura de pelo, aparte de un pitorreo en nuestras propias narices.¿Que tienen entonces de verdad los limones de Chris?. ¿Son tan amargos como los pintan aquellos que nunca los probaron? O por el contrario son una fuente de energía positiva al alcance de cualquiera . Para empezar conviene aclarar que no estamos ante un escritor al uso o literato profesional, sino más bien ante una persona corriente, que tiene otras muchas ocupaciones además de la de sentarse frente al ordenador  a escribir, y que cuando escribe lo hace con la misma gracia y naturalidad que un familiar a otro, contándole sus impresiones y experiencias  de su nueva vida, desde su propia atalaya, con un estilo chispeante y ameno, pleno de cordialidad. De ahí -entiendo yo- la mitad de su éxito editorial, la complicidad que emanan sus textos, escritos de igual a igual, por una persona normal,  padre y esposo amantísimo, y en cierto modo ejemplar. Por una persona sincera y un tanto ingenua que sigue teniendo sus pies anclados en la realidad y en el que es difícil apreciar ni el más leve atisvo de engreimiento, ni siquiera el natural cansancio de su fama, algo quizás lo más espectacular de su personalidad. A ese estilo epistolar cabe añadir que sus destinatarios son básicamente sus compatriotas británicos, a los que el autor trata de impresionar, con gran sentido de humor y mucha ironía, cuidando sobre todo hacerle destacar, al modo de una buena guía para turistas, todo aquello que suponga un claro contraste o diferencia con el modo de ser y vivir anglosajón, aunque a veces, todo hay que decirlo, esconda pequeños ajustes de cuentas con sus personajes. Algo natural a lo que no tenemos nada que objetar. Es más todos tenemos derecho a mirar el mundo a través de nuestros propios prejuicios y  con los ojos de nuestra propia cultura,  aun a riesgo de sacar conclusiones  exageradas o equivocadas. Pero aparte de esta reseña sobre su estilo, los libros de Chris trascienden con creces su aparente sencillez, de autentico placer y deleite al leerlos, convirtiéndose con el paso del tiempo en fuente de estudio de un lugar y época determinada, como fue y sigue siendo la masiva repoblación de la Alpujarra por gentes que llegaron para quedarse a vivir para siempre. Crónica sociológica de aquellos primeros repobladores ingleses que llegaron a Órgiva a partir de los años 80, con un fin concreto en sus mentes como era comenzar una nueva vida, en un apartado lugar; alejados de toda regla y control, retornando a la madre naturaleza donde poder cobijarse, construir su casa con sus propias manos, comer sus propias hortalizas, criar a sus hijos y sobre todo alcanzar su tan deseado equilibrio mental. De ahí que también tengan estos libros un componente de autoayuda para todos aquellos que  quieran huir de la rutina asfixiante del mundo moderno y darse una nueva oportunidad, el de poder saber de alguna manera los inconvenientes que le esperan en su necesaria adaptación a esta Nueva Arcadia. Pero no queda ahí las cosas porque finalmente tienen también sus libros un claro componente reivindicativo o de conciencia social como son su defensa a ultranza del feminismo y el ecologismo dos razones poderosas por las que luchar: una como bastión con quien compartirlo todo en perfecta equidad, y la otra como solución en la que confiar ante tanto engaño y despilfarro consumista. Dos de las cuestiones mas serias e importantes que contienen  sus libros, y de las que sin duda no es ajena su compañera y esposa Annie, verdadero “alter ego” de Chris. Por todas esas razones y otras muchas más que no vienen al caso hace ya cosa de cinco años “La Manzanilla”, consideró a bien distinguirlo otorgándole públicamente su premio de 190 gramos de peso, algo que  entonces algunos no comprendieron y que ahora nadie se atreve a discutir, pues sinceramente no estamos sobrados de tan buenos propagandistas, y menos aún  de cabezas tan lúcidas como ésta, la de mi amigo y convecino  Chris Stewart, toda una fortuna y un honor tenerlo tan cerca de aquí.



Chris Stewart, en la puerta de la Manzanilla (Órgiva)
En la revista de la Asociación de la Prensa de Granada

No hay comentarios:

Publicar un comentario