El espíritu de Ganivet, sigue vivo

Dibujo de Angel Ganivet, por José Ruiz de Almodóvar

El uso y sobre todo el abuso de la figura de Ganivet, siempre estuvo mal visto, por reaccionario, entre la intelectualidad progresista granadina de los últimos años, quien desconfiada lo rechazaba como provinciano y localista, en contraposición con la universalidad y popularidad de Garcia Lorca, el otro de sus grandes genios. Cierta razón sin duda tenían los que así pensaban, aunque hubiera en ello mucho de prejuicio o complejo político, o cuanto menos de una clara discrepancia ideológica. Hoy en dia sin embargo, salvados los recíprocos recelos y diferencias, nada nos impide que lo defendamos abiertamente, haciéndolo en éste caso para reivindicarlo como al maestro o pedagogo, que nos deslumbra e impresiona en la juventud, y nos da fuerza , acompaña e ilumina luego, por el sendero inhóspito de los años. De ahí que coincidamos parcialmente con Manuel Azaña, cuando escribiera: “Creo más bien que a Ganivet se le lee de joven y no se le echa de menos en la edad madura”.Despertador de la conciencia y el orgullo intelectual, alentador, fortalecedor o simplemente libertador, dificilmente uno podría olvidarse, ni tampoco abandonar a quien tuvo la bondad de darnos ese primer soplo de sabiduría, con el que volver a nacer en libertad. De ahí  también, que desde hace más de un siglo, sean legión sus seguidores, y muchos los agradecidos que lo tengan como su padre espiritual, aparte de representar como nadie al  intelectual “granadino” por excelencia. Entre ellos y a modo de ejemplo caben citar como “ganivetianos” al mejor periodista granadino de todos los tiempos Constantino Ruiz Carnero, y por supuesto el propio Federico, quien llegaría a calificar a su paisano -en declaraciones realizadas en 1935-, como “el mas ilustre granadino del siglo XIX”. Sembrador de ideas, luchador incansable,  lleva Ganivet más de un siglo despertando y estimulando el apetito de la verdad de sus lectores, como entonces saciaba la  sed de inteligencia de sus amigos del Avellano. No fue sin duda un escritor extraordinario, aunque tampoco lo fue mediocre, pero si un grandísimo pensador de  gran influencia e importancia en muchos otros. De entre sus obras, yo destacaría y recomendaría, aparte del epistolario, “Los trabajos del infatigable creador Pio Cid”, que  según Jose Ortega y Gasset es “una de las mejores novelas que en nuestro idioma existen”. Fdo.Miguel Ruiz de Almodóvar Sel