Se trata Fondales -creánme- de un pueblo único, de una belleza plástica total, radiante de sencillez, hecho para ser habitado sólo por elegidos de Dios. Emparentado polítícamente con Mecina, y Mecinilla pertenecen todos ellos a la Tahá de Pitres, formada además de con éste último, con Capilerilla, Ferreirola, y Atalbéitar. Se trata nuestro pueblo o aldea de un trozo de la Alpujarra eterna y soñada por los artistas y escritores románticos, síntesis de la que fue toda ella entera, y apenas hoy reconocible. Entre sus numerosos “tinaos”, rebosantes de felicidad, como jardines privados, callejas empinadas y tortuosas, la vida parece estancada en un remanso de paz, sólo alterado a lo lejos por el monótono lamento de un serrucho, que con ritmo y esfuerzo melancólico toca allá en lo hondo, un viejo carpintero. Luego traspasando los umbrales de un perro gritón de ojos brillantes y fieros, nos acercamos hasta la orilla del rio, para ver su famoso puente, que por antiguo llaman romano. Tambien desde allí puede uno continuar su aventura a través de veredas y caminos reales, llamados “escarihuelas”, que nos llevarán al descubrimiento de restos históricos, como aljibes morunos, y múltiples molinos harineros. Pero nosotros en cambio preferimos regresar sobre nuestros pasos, y volver al pueblo, tras la pista del último refugio de Brenan en la Alpujarra , su casa en Fondales. Para ello nos ayudamos del libro “Ciega en Granada”, donde su autor, el periodista Antonio Ramos Espejo, nos explica y aclara los últimos rastros alpujarreños del hispanista británico, partiendo del sentir lacónico de uno de sus amigos de Yegen, quien le confiesa entristecido: “don Gerardo no ha vuelto. No le he visto más. Se que ha venido muchas veces a la Alpujarra , pero no a Yegen. Porque él se compró una casa, con Lynda, en Mecina Fondales, por ahí por Pitres..…Aunque es aquí, en Yegen, en donde a él le hubiera gustado poner otra vez su casa.” Efectivamente, con 80 años y recién muerta su esposa, Brenan sintió vivos deseos de abandonarlo todo y regresar a la Alpujarra , como hiciera la primera vez, pero cambiando de sitio. El citado periodista nos lo confirma cuando escribe: “su deseado retorno a Yegen le parecía imposible. Pero necesitaba respirar el aire de aquellas montañas cubiertas de nieve. En Mecina-Fondales, un escondido pueblo alpujarreño, a 52 kilómetros de Yegen en dirección a Orgiva, el escritor encuentra una casa, casi metida en el barranco del rio Trevélez, donde pasa algunos veranos desde 1977” . Allí vivirá después y desde entonces de forma habitual su albacea, la poetisa recientemente fallecida Lynda Nicholson, con su marido el pintor sueco Lars Pranger, más conocido por Lázaro y sus hijos, como tantos y tantos otros escritores, pintores, artesanos o músicos, que de forma casi anónima pueblan y habitan estos lugares, convirtiéndose sin quererlo o saberlo, -por su estilo de vida, inquietudes artísticas, respeto y relaciones con el medio ambiente, en verdaderos salvadores, garantía y salvaguarda de ésta hermosa tierra alpujarreña, aparte de principales impulsores y promotores de la cultura, y solidaridad entre los pueblos. Fdo. Miguel Ruiz de Almodóvar Sel. Móvil: 689-112336.
Con Antonio Ramos en Fondales |
Antonio Ramos, delante de la casa de Brenan |
El periodista y estudioso de Brenan Antonio Ramos Espejo |
En la puerta de la casa |
Entrada al pueblo |
Vista desde la casa |
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