De aspecto orondo y sesentón, espíritu libre y verdadero, es desde hace años Rafael Vílchez, la esperanza del pueblo alpujarreño, el espejo donde mirarse o el bastón donde agarrarse para muchos. Antiguo cristalero, hoy corresponsal de IDEAL en la Alpujarra , es pintor impresionista, fotógrafo, y adivino, aparte de un gran conversador, tranquilo y bonachón, que rezuma humanidad por donde pasa. Notario ambulante y sin prisas, amable con el grande y con el pequeño, de todos es amigo, y casi hermano. Siempre dispuesto, preparado y al acecho de la noticia, sus fotografías hablan y bastan por sí solas para colmar y llenar de emociones el vacio espectral de la mañana. Sus retratos todo lo dicen con la mirada, la postura y el gesto del retratado, sin necesidad apenas de texto alguno, más allá de un titular acertado. Su estilo auténtico, por cercano, próximo y humano, nos invita o convida a pensar lo mucho que vale un hombre o mujer, cuando sigue su camino, sin renunciar ni traicionar sus raíces. Representa por tanto Rafael Vilchez, la mejor y más eficaz promoción de la Alpujarra , una comarca que se resiste y niega a ser engullida, conquistada o maltratada por la modernidad, sea la primera como la segunda, a sabiendas de que su ancestral retraso, es precisamente su principal y máximo atractivo, incluso para los que aquí habitamos feliz y dulcemente olvidados.
Rafael Vílchez, con la artista Paloma Ruiz de Almodóvar. |
Rafael y Miguel, ayer 18 de marzo 2.011. |
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